Esta mañana me he levantado con un mensaje de WhatsApp en el que aparece una fotografía de una obra mía que alguien ha adquirido para su salón.

Imagino que a todos nos gusta vernos reconocidos en el trabajo; y pienso que al artista plástico, al desarrollar su trabajo en su estudio individualmente, le ocurre esto de una manera especial. En la mayoría de los casos no tenemos contacto directo con el cliente, por lo que el entusiasmo que tiene el cliente al adquirir una pieza se pierde.

No ha sido este el caso con esta obra y a través de este post quiero agradeceos vuestro a apoyo a todos aquellos que hayáis comprado obra mía alguna vez así como animaos a que compartáis vuestras fotos conmigo a través de mi página web o facebook.

¡Muchas gracias!